“Cambiando la Tendencia hacia la Igualdad de Género en América Latina y el Caribe para el 2030”
Una herramienta poderosa de abogacía
Por Cecilia García Ruiz, Coordinadora América Latina y el Caribe EM2030
Una plática con Julia Escalante de Haro, Coordinadora Regional CLADEM
- ¿Cuál es la importancia de contar con un reporte como “Cambiando la Tendencia hacia la Igualdad de Género en América Latina y el Caribe para el 2030” para el trabajo del CLADEM?
Este reporte es una herramienta poderosa de abogacía. Los datos duros y el análisis contenido en este informe contribuyen al trabajo que las asociadas de los CLADEMs nacionales realizan para incidir en la promulgación y aplicación de leyes, así como en el diseño e implementación de políticas públicas y acciones de gobierno orientadas a promover, proteger y garantizar los derechos de las mujeres y las niñas. Asimismo, nos brinda un punto de partida para analizar el progreso rumbo al 2030 y para articular estrategias de rendición de cuentas sobre el nivel de cumplimiento de los países en torno a los compromisos de igualdad de género establecidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
2. ¿Cuál son los principales hallazgos del reporte?
La principal conclusión de este informe es que ninguno de los 21 países de América Latina y el Caribe (ALC) incluidos en el Índice de Género de los ODS, alcanzará las cinco metas de igualdad de género que analiza el reporte para 2030 si el progreso continúa al ritmo actual.
Este informe además evidencia que en los últimos 10–20 años, hay países de la región que han logrado avances acelerados, mientras que otros progresan lentamente o incluso se han estancado. Países como Bolivia, Perú y Guatemala aún tienen un largo camino por recorrer en materia de acceso a métodos anticonceptivos modernos. Las tasas de culminación de la educación secundaria de niñas y adolescentes muestra grandes disparidades entre los países de la región, siendo Brasil el país con el peor desempeño en este indicador. En 2019, 12 países de la región seguían estando por debajo del 30% de los puestos ministeriales ocupados por mujeres, lo que refleja la persistencia de retos para lograr la paridad en los altos cargos de gobierno. En materia de igualdad laboral, el derecho de acceso a una licencia de maternidad remunerada y a la igualdad salarial son los dos estándares normativos que menos se cumplen en América Latina y el Caribe. Finalmente, la percepción sobre la seguridad física de las mujeres caminando de noche es el único indicador que muestra una tendencia negativa, develando uno de los principales problemas de desigualdad de género en la región: la violencia contra las mujeres y las niñas. El reporte concluye que ALC enfrenta un escenario similar al global, donde nos tomará más de 6 generaciones lograr que las mujeres y las niñas se sientan seguras caminando de noche, si no revertimos esta tendencia regresiva y aceleramos el progreso hacia la igualdad de género.
3. ¿Cómo impactará la pandemia por COVID-19 estos 5 temas clave de igualdad de género en ALC?
Los impactos sociales y económicos de la pandemia por COVID-19, se intersectaron con las desigualdades de género, territoriales, étnicas, raciales y generacionales de nuestros países, lo que ha provocado preocupantes retrocesos que están impactando desproporcionalmente a las mujeres y a las niñas. La interrupción de la provisión de servicios de salud esenciales, incluida la salud sexual y reproductiva, y la reducción de presupuestos orientados a prevenir y atender las violencias contra las mujeres y las niñas, evidenciaron cómo los gobiernos dejaron de priorizar programas y políticas fundamentales para el pleno ejercicio de nuestros derechos, dejando fuera de las decisiones a las mujeres. Para las trabajadoras, particularmente las que laboran en el sector informal y no tienen acceso a prestaciones sociales, la pandemia acentuó las situaciones de vulnerabilidad y discriminación que enfrentan, ante un escenario económico de precarización que tendrá impactos de largo plazo. Finalmente, las medidas de confinamiento establecidas a raíz del COVID-19 generaron un alarmante incremento de lo que el CLADEM ha denominado “la otra pandemia”: la violencia contra las mujeres y las niñas; una pandemia mucho más letal y que no hemos logrado erradicar.
4. A partir de los hallazgos del reporte y del actual contexto generado por la COVID, ¿cuáles son las acciones fundamentales que deben emprender los gobiernos para frenar los retrocesos y acelerar el progreso hacia la igualdad de género?
En este reporte, el CLADEM hace un llamado urgente para volver a colocar los derechos de las mujeres y las niñas al centro de la respuesta, y a frenar los retrocesos que ya se vislumbraban previo a la pandemia. Es fundamental garantizar la continuidad de los servicios de atención a la violencia contra las mujeres y las niñas e incorporar la atención a la salud sexual y reproductiva dentro de los servicios esenciales, incluido el acceso a una amplia gama de métodos anticonceptivos modernos que comprenda la anticoncepción de emergencia. Es necesario también, invertir en la generación de datos desagregados y en el análisis de género para la toma de decisiones basada en evidencia y asegurar que las organizaciones de mujeres y feministas cuenten con el financiamiento suficiente para la sostenibilidad de su trabajo, reconociendo el importante papel que desempeñan en la gestión de las crisis para proteger los derechos de las mujeres y las niñas. Hoy, más que nunca, acelerar el logro hacia la igualdad de género es crucial.
5. ¿Qué oportunidades identifica el CLADEM a partir de este reporte para articular el trabajo de incidencia entre los países de la región y con las socias nacionales de EM2030?
El reporte Cambiando la Tendencia hacia la Igualdad de Género en América Latina y el Caribe para 2030 nos muestra los retos compartidos, pero también los ejemplos que tenemos en la región para lograr cambios acelerados y garantizar así el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres y las niñas. Este esfuerzo brinda una oportunidad para el intercambio de experiencias y para acercar el trabajo que realizamos desde el CLADEM, con el trabajo de la Ruta Pacífica de las Mujeres, en Colombia y con ASOGEN en Guatemala. Sólo a partir del trabajo colectivo y en red podremos lograr que nadie se quede atrás en el camino hacia la igualdad de género para 2030.