La implementación del Acuerdo de Paz, un camino de oportunidad para Colombia y el mundo frente al avance de la Agenda 2030 y los ODS
Las mujeres enrutadas hemos tejido la paz desde hace 23 años en Colombia, recomponiendo los estragos que ha dejado la guerra en el cuerpo, la vida y las comunidades de las mujeres. Hemos aportado a que se pactara un Acuerdo de Paz único en el mundo que contiene de forma explícita más de 100 medidas concretas dirigidas a garantizar los derechos de las mujeres que habitan los territorios, a reparar la deuda histórica que el país tiene con ellas. El Acuerdo constituye una importante hoja de ruta, que permitirá al país avanzar en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), concretamente el ODS 16: Paz, Justicia e Instituciones sólidas, y el ODS 10: Reducción de las desigualdades.
A pesar de lo valiosamente alcanzado con la negociación para Colombia y el mundo, a 2 años y medio de la puesta en marcha de la implementación del Acuerdo, solo se ha avanzado en un 23% del total y en un 5% en relación con las medidas específicas para las mujeres, como lo establece el tercer informe sobre la implementación del Acuerdo. A ello se suma la desprotección para los líderes y defensoras de derechos humanos que trabajan por construir la paz; en lo corrido del proceso de implementación, 230 de ellas han perdido la vida como se señala en el informe trimestral del Secretario General de las Naciones Unidas, siendo las regiones más afectadas aquellas que son el centro de las transformaciones que trae consigo la paz territorial, hecho que se convierte en un obstáculo más para el logro del ODS 16.
De acuerdo con el Índice de Género de los ODS 2019 elaborado por Equal Measures 2030, Colombia alcanza un puntaje global de 67.89/100 que lo ubica con un desempeño “deficiente”, colocando al país en el puesto 57 entre los 129 países que hacen parte de la medición. Al revisar de manera particular el ODS 16 (Paz, Justicia e Instituciones sólidas) Colombia obtiene un puntaje de 60.1/100, y se mantiene en el rango “deficiente”. Se destaca que en el indicador 16b del Índice (número de mujeres víctimas de homicidio intencional) se obtiene un puntaje 56.7/100, lo que representa un desempeño “reprobable” en la capacidad del Estado y el gobierno actual de cumplir el compromiso asumido por Colombia frente a la agenda 2030 para la protección de las mujeres y las niñas que habitan este país, y que ésta sigue siendo una tarea pendiente del Estado para con las mujeres y las niñas Colombianas.
Ante este grave panorama, el gobierno actual insiste en lentificar y trabar la marcha del Acuerdo, realizar modificaciones a lo pactado en contravía de la normatividad que lo avala, aumentar con el discurso y las prácticas anteriores el alto nivel de polarización existente frente al Proceso de Paz en el país, y agudizar más la incertidumbre y el riesgo de detrimento de lo logrado, dejando en vilo una oportunidad única para avanzar en la construcción de un país sostenible, incluyente y en paz. Lo anterior se ve reflejado en el indicador de 16d del Índice (grado en que un Estado es visto como legítimo, abierto y representativo) donde Colombia obtiene un puntaje de 42.6/100; el más bajo de todo el ODS 16, lo cual refleja la existencia de un gran descontento generalizado en las mujeres y hombres que habitan este país sobre la forma como el actual gobierno ha venido realizando su gestión e implementando las políticas públicas relacionadas con el Acuerdo y la vida cotidiana de sus habitantes.
Esta radiografía aportada por el Incide de Género de los ODS son más decepcionantes al reconocer las grandes posibilidades que trae consigo el Acuerdo de Paz firmado, el cual es sin dudas la mejor oportunidad de Colombia para estar entre los 20 primeros países del mundo, demostrando así su nivel de compromiso con las mujeres y niñas colombianas, ya que es imposible lograr avanzar y alcanzar La Agenda 2030 y los ODS sin priorizar la atención en las niñas y mujeres que viven en contextos afectados por los conflictos y las condiciones de mayor vulnerabilidad.
Este adverso panorama debe llamar la atención del presidente Duque y su administración, a fin de que modifique su postura actual y asuma esta ventana de oportunidad para los 3 años que restan de su gestión, ya que de seguir por el camino actual tendrá que responsabilizarse de los costos que acarrea para el país, la región y el mundo seguir intentando detener la construcción de la paz y el avance en los ODS. De igual manera es indispensable reiterar que el Acuerdo y la Agenda es un pacto de corresponsabilidad de toda la región y el mundo, por ello, para lograr que Colombia avance se requiere que la comunidad internacional y los gobiernos insistan al país acelerar la implementación de la acordado como único camino para alcanzar la paz sostenible y duradera en nuestro país y la región de América Latina.
“la paz es imparable”
Sandra Liliana Luna Delgado — Ruta Pacífica de las Mujeres